viernes, 8 de julio de 2016

La mosca y la hormiga




Una mosca y una hormiga discutieron por una cuestión de poca importancia; la mosca, que siempre fue uno de los insectos más vulgares y poco respetuosos con los demás, empezó a insultar a la otra:



-¡Tú, un animal tan pequeño e insignificante!, ¿Cómo te atreves a compararte conmigo que soy hija del aire? Yo frecuento los palacios de los más grandes señores y como en los platos de los cardenales; si lo deseo, incluso puedo pasear por la cabeza del rey.



La hormiga esperó a que terminara de alabarse y después contestó tranquila:



-Sí, reconozco que puedes posarte en cualquier cabeza, pero no eres capaz de distinguir entre una cabeza de rey y una de burro. Y a decir verdad, no eres muy apreciada en los palacios... Pero, ¿por qué estoy perdiendo el tiempo aquí contigo en vez de estar aprovisionándome para el invierno? Las hormigas somos minúsculas pero previsoras, y el hielo nos mata. Las moscas vuelan muy alto... pero a los primeros fríos, caen al suelo, y entonces, ¿para qué les sirven las alas?



Y siguió recogiendo granitos del suelo.

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